El legado poético y vital que constituye la obra de Jorge Teillier es a la vez sencillo y profundo, y se resume en tres versos: «La poesía /es un respirar en paz / para que los demás respiren». Su visión y puesta en práctica de la palabra como redentora de lo vivido y atesorado —como una forma de resistencia ante el paso del tiempo— marcó a toda una generación y trascendió cualquier ismo. Su poesía se debe a los lares, término que él mismo acuñó para describir un modo particular de aquilatar la experiencia vital y transformarla en visión poética —nostálgica—, apelando al rescate del mundo cotidiano en sus formas más elementales: «Contarles a los amigos desaparecidos / que afuera llueve en voz baja / y tener en las manos / un puñado de tierra fresca».